Toda instalación de alumbrado público operara eficientemente a lo largo de su vida útil, siempre y
cuando se le haga un mantenimiento periódico. Aunque es inevitable el deterioro de la infraestructura
con el paso de los años, un correcto mantenimiento extenderá la vida útil de los elementos que la conforman.
Sin un constante mantenimiento, el nivel de iluminancia inicial alto caerá por debajo de lo especificado y
por tanto el consumo de energía durante la vida de la instalación será mayor. Con un esquema de
mantenimiento adecuado, se asegura una instalación de alumbrado efectiva, tanto desde el punto de
vista energético como económico.