Su función es fundamental para el funcionamiento de tu empresa; fijando las rutinas de mantenimiento correctas aseguras la continuidad de tus operaciones y prolongas la vida útil del equipo hasta 10 años más.
Implementando las labores de inspección indicadas no solo proteges este activo -cuyo costo es alto-, sino que garantizas la confiabilidad en su operación y evitas impactar la productividad de tu negocio por las pérdidas económicas que puede ocasionar la salida de funcionamiento del transformador.
Por otra parte, llevando un programa de mantenimiento juicioso puedes extender la vida útil de un transformador hasta a 30 años, que usualmente esta diseñado para funcionar por entre 15 y 20 años.
Que no exista un daño visible no significa que esté en buenas condiciones
Con un mantenimiento predictivo o diagnóstico predictivo -que se realiza por medio de pruebas eléctricas y de testeos al aceite-, podrás identificar el estado actual y las tendencias de comportamiento del transformador. Con los resultados de dichas pruebas es posible proyectar en el tiempo las acciones concretar que debes contemplar para garantizar su correcto funcionamiento.
Dentro de este tipo de mantenimiento se realizan pruebas como análisis físico químico del aceite dieléctrico para determinar el porcentaje de agua presente en el transformador, y la concentración química del aceite. Así mismo se realizan análisis más especializados que incluyen cromatografías de gases -para determinar con base en la concentración de gases dentro del equipo los daños que se han presentado-, análisis de furanos, entre otros.
Anticipa cualquier falla
El mantenimiento preventivo se realiza sobre el equipo que aún no ha fallado y es indispensable hacerlo desde el principio. Se realiza con base en las recomendaciones del fabricante del transformador y teniendo en cuenta los resultados de las rutinas de mantenimiento predictivo, inspecciones visuales y pruebas eléctricas.
Algunas de las acciones que contempla este tipo de mantenimiento son:
● Toma de muestra de aceite dieléctrico, usualmente cada 12 meses.
● Inspecciones visuales regulares para ver el nivel de aceite, la existencia de fugas de aceite, el estado de componentes como aisladores y demás.
● Revisión al funcionamiento de dispositivos como relé Buchholz, válvulas de sobrepresión o termómetros.
● Tratamiento por termovacio.
● Ajuste del nivel de aceite o cambio de aceite -si es el caso-.
● Secado de la parte activa.
● Limpieza general y cambio de empaques.
● Revisión del sistema de puesta a tierra y ajuste a las conexiones del mismo.
Sobre el mantenimiento correctivo
Este se implementa cuando ya ha fallado el equipo. En este punto la prioridad es intervenir el transformador para resolver lo antes posible la situación, y reducir los tiempos de las paradas en la producción por la ausencia del suministro eléctrico, y restaurar y garantizar la continuidad de las operaciones del proceso productivo.
Y si te preguntas cada cuánto se deben realizar las labores de mantenimiento a un transformador existe una idea generalizada que indica que deberían ejecutarse cada año. No obstante, por nuestra experiencia podemos asegurarte que lo mejor que puedes hacer es tener en tu radar los resultados de las pruebas sobre el transformador, al igual que las recomendaciones que arrojan las jornadas de mantenimiento anteriores, la criticidad del equipo para los procesos de tu negocio, la capacidad del transformador (KVA), el porcentaje de uso y las condiciones físicas en las cuales se encuentra el transformador para programar las revisiones o acciones sobre estos equipos.
Finalmente, ten en consideración que sin el transformador no es viable el funcionamiento de los procesos de tu empresa. Así que nuestra invitación es a determinar una rutina de inspección al equipo y realiza un seguimiento muy estricto a los cronogramas de mantenimiento. En Enel X podemos brindarte acompañamiento para definir la rutina adecuada de mantenimiento para el transformador de tu empresa.