Una instalación de almacenamiento (en inglés “energy storage”) de tipo electroquímico, normalmente denominado acumulador o batería, sirve para acumular la energía producida en un momento para poder volver a utilizarla en un momento diferente, y por lo tanto optimizar el uso de la energía eléctrica, permitiendo aprovechar al máximo la autoproducción de fuentes renovables y garantizando la continuidad en el caso de corte temporal de la red eléctrica.
El otro aspecto importante de la batería es su capacidad para suministrar energía con tiempos de respuesta muy bajos, aumentando la resiliencia de la red eléctrica frente a eventos externos imprevistos.
Existen diferentes tipos de baterías:
- Plomo ácido
- Sodio-Azufre
- Iones de litio
- Níquel-cadmio